LA OTRA VERDAD SOBRE LA GUERRA
Por: Luis Miguel Ariza
Hace algunos días el Senado de EE.UU aprobó casi unánime la nada
despreciable cifra de 30 mil millones de dólares para financiar la guerra que
creó la sociedad anónima de capital privado liderada por el presidente Biden
contra Rusia utilizando el escudo de Ucrania. O en otras palabras, Ucrania es
la excusa de una guerra largamente presupuestada contra Rusia para cuando
tengan que reescribir la historia decir que la guerra se originó para defender
a un pobre país atacado sin misericordia por un dictador que pretendía apoderarse
del mundo, justamente por el país que lidera este tipo de acciones en el mundo.
Para entender el asunto, Ucrania es uno de los países más pobres
de Europa, pero tenía un arsenal bélico mayor que casi todos los países de
Europa. Recibía material de guerra como quien se está trasteando, y hasta se
ocultó la noticia de laboratorios de armas biológicas que parece implican al
hijo del presidente de los EE.UU. La razón era Rusia de una u otra forma. La
decisión de Putin de atacar Ucrania fue acertada y desacertada a la vez, teniendo
en cuenta que si lo hacía días después, cuando se formalizara su ingreso a la
sociedad privada llamada OTAN, entonces la justificación largamente buscada
para atacarles de frente no tendría que ser evasiva como ahora. Y es desacertada
porque ahora Rusia está sometida a un desgaste que posiblemente mañana más
tarde, cuando decidan que es hora de finalizar con el plan, ya no tenga con qué
soportar la presión y caiga como ha sucedido con otros países, Irak, por
ejemplo.
Siempre han divulgado por todos los medios que Rusia es el enemigo
creado con el propósito para soslayar la vaina del verdadero enemigo en el
mundo que tiene países completos secuestrados y es el mayor repartidor de bases
militares en todo el planeta. Venden armas como quien vende caramelos en la
tienda. Pegar y luego despotricar por la respuesta es una estrategia que han
aplicado de todas las formas posibles. Y en la actualidad no es la excepción.
Todos los noticieros de occidente proclaman casi con rabia las artimañas que
utiliza Rusia para evadir el cerco, y justifican las que se utilizan para
cercarlos.
A la población le venden el fantasma terrorífico de la inflación y
la recesión y se le prepara mentalmente para que asuma esos costos. Si en
verdad recesión e inflación afectara a los grandes empresarios dueños de más de
medio mundo, ya habrían parado el asunto en seco, a diferencia de ahora, que
parecen estimularlo. Sólo quedarán rezagados pequeños negocios y pequeños
empresarios, los que no tienen voz ni voto, sino que sostienen a sus familias
mediante esa fuente.
La historia no ha variado. Europa evade los genocidios cometidos
en otros continentes con la excusa de que fueron a liberar pueblos sometidos
por sus jefes sanguinarios, como le venden a su población cuando les tienen que
hablar de lo acontecido en América a partir de la llegada de Colón. Irak y
Libia para EE.UU es la liberación de pueblos sometidos por tiranos, listo, no
hay por qué inventar más, y si alguien dice que ahora esos pueblos están peores
que antes de que los liberaran, seguro es un anarquista, un enemigo de la
democracia.
Quizás pocos entenderán las razones de Europa de apegarse a las
decisiones de EE.UU siendo que Rusia no los tiene como aquellos a
Latinoamérica. Ya entenderemos, incluso, las razones de no querer,
supuestamente, comprar insumos a Rusia con menor precio, para adquirirlos a
EE.UU con mayor precio. Una de las explicaciones es que este país se formó con
base a las invasiones europeas, por tanto se sienten más allegados a América
que a Rusia y su inolvidable cuento del comunismo que tanto susto ha metido por
el mundo. Pero la realidad es otra y ya la veremos.
No es curiosa la rapidez como el Senado de ese país aprobó tanto
dinero para que no se acabe una guerra, aunque llevan años sin solucionar la
vaina de los emigrantes, según palabras del presidente mexicano. Y yo agrego
las millones de personas que viven en la miseria y la pobreza absoluta en el
mismo EE.UU, cosa que poco mencionan los noticieros aliados al sistema por
aquello de anarquista y enemigos de la democracia. Tienen entre manos la venta
masiva de armas, gas y petróleo a precios nunca antes vistos.
Seamos serios y sinceros desde el principio. Actualmente estamos
viviendo lo que dije hace dos años, cuando nos sometieron con el cuento del
virus, que después vendrían los fuegos pirotécnicos en alusión a los bombazos
de la guerra. Realmente la apuesta son las enormes riquezas rusas que no tiene
ningún otro país, y que no están controladas por la sociedad anónima de capital
privado que controla el mundo. Esto lo resume todo. Los veinte mil bombardeos e
invasiones de EE.UU en los últimos 30 años en diferentes países, y que hoy no
mencionan para nada y además evitan que se los recuerden, fue para controlar y/o
robar en términos planos, las riquezas que necesitan para seguir pregonando una
democracia y libertad que no existe ni en el mismo EE.UU.
Esta vez han desplegado todo una dinámica de relaciones exteriores
hasta con países que no sólo no pueden aportar un carajo, como el nuestro, sino
que tampoco recibirán ni mierda de los beneficios si logran el propósito final,
que es controlar el poder político y económico de Rusia.
Pero le achacamos a Biden todas las responsabilidades sin que
tenga mayor responsabilidad que ejecutar un plan largamente planificado por esa
sociedad privada detrás de la guerra. Una de las razones por las que evaden
casi intencionalmente que el tipo muestra síntomas inequívocos de locura senil
es porque al final llevará encima el agua sucia, sea que logre el propósito en
su intento contra Rusia o tengan que postergarlo. Ningún presidente es dueño de
todo el poder que le achacamos, esta frase que traigo de mi libro "La
culpa", se aplica, incluso, al presidente de EE.UU, el país publicitado
como el ideal, lo que no significa que lo sea.
Quienes verdaderamente están detrás del propósito contra Rusia es
una organización mundial de inescrupulosos y poderosos empresarios, invisibles
a simple vista, capaces de cambiar el modo de pensar del mundo, torcer las
horas del reloj, cambiar gobiernos, determinar cuánto debe vivir el ser humano,
qué noticias pueden transmitir sus noticieros, quienes aportan como en una
sociedad privada para incremento de su poder y riquezas en nuevos negocios a
corto, mediano y largo plazo.
El presidente de EE.UU, y de cualquier otro país, tiene autonomía
hasta cierto límite, como el gerente que debe ser productivo o es relevado.
¿Alguien sabe quiénes explotan las riquezas que hoy saquean de Irak o Libia?,
para mencionar dos casos relevantes, porque hay otros países que no necesitaron
ser invadidos mediante guerras o bombardeos, sino que allí tienen un sistema
ejecutivo servil que direcciona con base a dichos empresarios invisibles,
mientras sus pueblos, estupefactos, creen elegir una y otra vez jefes ideales
para suplir sus necesidades sociales o básicas, como sucede con los países que
conforman el bloque contra Rusia en Europa, y que no les importa cuánto sufra
la población, el objetivo es otro y está por encima de personales intereses.
Los miles de millones de dólares que van para la guerra contra
Rusia no son gratis. Esa cuenta se anota como parte de la inversión y
finalmente, si logran el cometido, pasan la cuenta al país que se prestó como
escudo para el evento, en este caso Ucrania, sea que se logre torcer el mando
de Rusia y colocar allí a un ejecutivo que garantice los intereses de esos
empresarios o se tenga que suspender para otro momento, aunque la verdad, como
están las cosas, ya los dueños de la guerra se la jugaron el todo por el todo y
no pararán así de fácil. Esta es la razón por la que OTAN, así se llama la
empresa, no está interesada en que Rusia deje de tirar sus cohetes ni sus
bombardeos, pues, esto debilitará finalmente a este país según la propuesta,
combinado con la cantidad de tretas utilizadas para maniatarlos y que ellos
llaman sanciones, la parte desacertada de la decisión de Putin.
Con esto debemos comprender, finalmente, lo que sucede en
Colombia. Los ejecutivos puestos acá son serviles a los empresarios dueños del
inmenso poder en el mundo de que hablamos, y se deben a ellos, a pesar que
ellos mismos nos hacer creer en cuentos de democracias y libertades.
Es posible que la pregunta sobre Irak y Libia la respondan con
nombres de empresas autorizadas y legalmente constituidas, pero nombre de
socios, de los verdaderos dueños, jamás. Eso debe permanecer invisible para no
molestarlos en caso que se les vea por ahí, disfrutando de su cuantioso poder,
rodeados de serviles que no saben que lo son, como cuando Bill Gates, Jeff
Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg,
entre otros, se le da por inspeccionar una de sus fincas en
cualquier país de los cinco continentes.
Gente de todas las latitudes pregonan evitar sobre una tercera
guerra mundial, cosa que ya está declarada aunque no formalizada. Los
noticieros, dependiendo a qué empresa o dueño o socio de la empresa
pertenezcan, sesgan de acuerdo a la necesidad o el interés. 30 países socios de
la empresa OTAN enviando armas a Ucrania y bloqueando a Rusia es una guerra
mundial. Esos empresarios van por su nueva empresa y no cejarán hasta lograrlo
o morir en el intento. Digo morir porque en el desorden o el desespero, pueda
que dejen de bombardear soldados y apunten a la población civil, la que vive
holgada y direcciona los asuntos del mundo, entonces el caos sobre los DD.HH.
La razón por la que no tienen la misma indignación, por ejemplo,
con Yemen, es porque aquella guerra ya tiene propietario, las emigraciones sólo
son consecuencias necesarias que no implica ni a los socios ni a la población
que se siente por encima de esta consecuencia, es asunto de los gobiernos
puestos por los poderosos empresarios.
Pero vamos al otro lado, el que hoy ataca a Ucrania. Allá la vaina
es igual a lo que sucede con OTAN: el dinero y el control del poder. Esas son,
en términos sencillos, las razones de todas las guerras. Aquellos tienen su
empresa y también pretenden controlar el dinero que circula por el mundo
mediante el poderío energético del gas y el petróleo, y más atrás las toneladas
de oro. Por el dinero el carterista asesina al transeúnte, por el dinero los
ladrones ingresan a los bancos, por el dinero salimos todos día a día a
nuestras labores. Aquella guerra grande se debate entre bandidos por el dinero.
Será una batalla con un rigor mayor porque está en juego la altivez y
prepotencia que venden los norteamericanos en sus películas, donde
aparentemente son seres superiores que deciden la dirección del mundo, sólo
deben destruir dos escollos: Rusia y China.
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